Se admiten, en principio, dos formas, idiopática y secundaria.
La forma idiopática se presenta en personas sanas que no presentan signos de enfermedad en el sistema nervioso o vascular.
La forma secundaria aparece en casos de policitemia y estados de hiperviscosidad sanguínea. Se ha observado también en pacientes con insuficiencia venosa, diabetes, hipertiroidismo, hipertensión arterial, anemia perniciosa, astrocitoma, LES y artritis reumatoide.
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