• Lagrimeo o epifora. El lagrimeo sin supuración puede ser activo por irritación refleja (queratitis, conjuntivitis, cuerpo extraño, afecciones nasales, etc.) o pasivo por obstáculo en la vía de drenaje. El lagrimeo con supuración se observa en la dacriocistitis crónica o inflamación crónica del saco vitelino.
• Deficiencia del lagrimeo. En ausencia de la glándula lacrimal u obstrucción de los conductos secretores, déficit de vitamina A, queratoconjuntivitis seca y síndrome de Mikulicz.
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