Sus causas más comunes son alérgicas (angioneurótico o de Quincke) e inflamatorias (denominadas queilitis). Dentro de los edemas inflamatorios labiales tenemos:
- Edema por lesiones dentales infecciosas de incisivos o caninos.
- Edema de erisipela, labio con infiltración dérmica roja y dura limitada por un rodete.
- Edema por forunculosis o ántrax del labio, denominada también queilitis forunculosa está rodeada con pústula estafilocócicas que terminan supurándose o necrosándose.
- Edema inflamatorio del chancro sifilítico labial, caracterizado presentar, además del labio enorme, según la etapa de su evolución una lesión papulosa, erosiva o ulcerada.
- Edema del lupus edematoso, con edema en nariz, labio superior y pómulos.
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