Par Craneal I. Olfatorio
Se origina en las células bipolares localizadas en el epitelio olfatorio que recubre la mayor parte del cornete superior y la pared opuesta al tabique en las fosas nasales. Es uno de los pares craneales más cortos.
Su origen aparente es la cara del bulbo olfatorio.
Su origen real son las células olfatorias de la mucosa pituitaria.
Función: Su función es únicamente sensitiva, conduciendo impulsos olfatorios de la nariz al sistema nervioso central, siendo clasificado como fibras aferentes viscerales especializadas.
Exploración física:
- Se emplean 2 tipos de sustancias: De olor agradable y de olor desagradable. Estas sustancias no deben de ser irritantes.
- Se le ordena al paciente que cierre los ojos, se acerca la sustancia a cada una de las fosas nasales en forma separada, ocluyendole la otra con el dedo y se le pide al paciente que inhale profundamente.
- Se le pregunta si huele o no, si el olor es agradable o desagradable, si logra identificar.
Existen pruebas más elaboradas, como los potenciales evocados olfatorios, que pueden utilizarse para evaluar la vía olfatoria; sin embargo, son fundamentalmente herramientas de investigación y no se utilizan en la práctica clínica.
Patología:
La lesión del nervio olfatorio produce pérdida de la sensibilidad olfatoria, lo cual se denomina anosmia.
Las lesiones del nervio olfatorio más frecuentes son secundarias a traumatismos creaneales, donde el movimiento del encéfalo produce la sección de los finos ramos del nervio que atraviesan la lámina cribosa del etmoides para llegar hasta el bulbo olfatorio.
También puede verse lesionado cuando se realiza un abordaje neuroquirurgico al levantar el lobulo frontal, maniobra en la cual se dislaceran los filetes del nervio.
La lesión del nervio no es reversible, es permanente. Luego de su desgarro no hay posibilidades de volver a la situación de integridad previa.
Los episodios de sinusitis cronica, poliposis y tumores endonasales pueden producir una hiposmia (disminución de la sensibilidad olfatoria) que puede llegar incluso a la anosmia (pérdida completa de la sensibilidad olfatoria) sin producirse la lesión del nervio. En este caso la alteración olfatoria se da por mucositis del area pituitaria donde se encuentran los receptores olfatorios, los que al hallarse inflamados o comprimidos no pueden ejercer su función de transformar los estimulos olfatorios en energia bioelectrica que sera transmitida por los filetes del nervio. A diferencia de los traumatismos, la solución de la sinusitis, poliposis o tumores permite en la mayoría de los casos la resolución del trastorno olfatorio.
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